domingo, 10 de diciembre de 2006

Parece que no pagarán su culpa los traidores

A pesar de lo que dijo Pablo Milanés, los traidores, o el principal de ellos, el Judas, no pagará, al menos en este mundo.

18 días antes de perpretrar el golpe militar, Augusto Pinochet había sido designado comandante en jefe del ejército por el propio Salvador Allende, quien había depositado su máxima confianza en él, tras el asesinato del comandante Prats en Buenos Aires.

Tan cercano y confiados en él estaban los Allende, que en aquella infausta jornada del 11 de septiembre, Hortensia Allende, en medio de los sucesos que daban fin a la presidencia de su marido, todavía tuvo un momento para preocuparse por su suerte ... y alcanzó a preguntarse "pobre Augusto, qué habrá sido de él?".

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